sábado, 28 de enero de 2012

Altdorf. En busca de Guillermo Tell. Y de nieve.


  

Estoy enfadada. Pero mucho. Acabo de descubrir que los suizos son muuuucho más inteligentes de lo que parecen. Y ojo, que nunca los he tomado por tontos, con lo bien montadito que lo tienen todo, estaba claro que eran bastante más listo que el resto. Pero lo del merchandising que se han montado con lo de la nieve es muy bueno. Ni el show de Truman, vamos. Pero los he pillado. Es mentira. Aquí no nieva. Llevo desde agosto, y la nieve ha sido escasa, escasa. Vamos, que nevó una mañana, de casualidad, y otro dia que hizo mucho frío esta todo helado, todo blanco, pero no era nieve, era... Rocío a lo bestia. 




Lo dicho, que lo que venden como país de esquí es mentira, lo ponen para vender, y luego, cuando vas a encontrarte con la nieve, chof, te dicen que de repente suben las temperaturas. Y no veais lo bien que lo tienen montado, hasta las cadenas de meteorología están en el ajo. En el iPhone todo el día anunciando nieve, nieve, y más nieve. No en Basel, por supuesto, para encontrarla nos hemos tenido que ir a Altdorf, el pueblecito de Guillermo Tell, a dos horas de camino.



Debe ser que, según la zona desde donde haces la consulta, te dicen que la nieve la tienes a bastante distancia, por si te da pereza y pasas de ir. Pero nada, que una tenía mono de nieve y se plantó con el santo, las niñas ( y carrito, gorros, guantes, pantalones de nieve, bufandas....)y otra pareja con sus respectivos churrumbeles, todos animados... Para nada!. Ni pizca!. El iPhone seguía mintiendo cuando estábamos bajo un chirimiri asqueroso (porque esa es otra, aqui tampoco llueve, solo cae el típico calabobos), diciendo que estaba nevando, y que la posibilidad de que siguiese nevando era del 90%. Veréis nieve por el camino, si, pero no os lo creais, estos tíos tienen mucha pasta, seguro que son decorados. Total, desde el tren no se aprecia... 



En fin, que nos quedamos con ganas de nieve y cara de tontos, pero al menos visitamos un pueblito muy chulo, de esos que te obligan a visitar antes de darte la nacionalidad (no entra en nuestros planes, pero es mejor un por si acaso que un quien lo iba a decir). Aquí fue donde, según la leyenda, el amigo Guillermo Tell les dijo a los Hasburgo que ahí se las dieran con queso (de raclette, bitte), se puso chulo, más que Mouriño, y atravesó la manzanita con la flecha sin darle al churumbel, que no tenía la culpa de nada. El resto ya lo sabéis, que machote es este tío, suízo como nosotros, si es que semos la leche, ale, que les vayan dando, nos montamos nosotros nuestro propio país, que seguro que al ver las montañas se desaniman y no nos invaden. Luego vino lo de los relojes y los bancos, y aqui siguen, de machotes con sus supersueldos y su megaeconomía, mirándonos al resto por encima del hombro. Ya te vale, Guillermito!.
En fin, las foticos muestran el pueblo, pequeño, pequeño, pero coquetón como todo lo que hacen ellos. Y si os pasais por aqui, os recomiendo el restaurante Kreuz (Vorstadt, 1), comida típica de por aquí, es decir, cordon bleu y Rösti. Y si tenéis suerte, como nos pasó a nosotros, os encontráis con la semana de la comida mexicana y podeis variar... En fin... Cosas que pasan en Suiza... Os dejo, voy a coger la bola de nieve que tengo en el congelador a ver si es de verdad...